No hay nada que determine cuándo es el momento adecuado de acudir al psicólogo, ya que cada persona reacciona de una manera diferente ante los problemas, es algo subjetivo. La mayoría de las veces no es el problema o la situación en sí lo que nos hace sentirnos mal, sino la manera en que lo interpretamos, o la sensación de la falta de recursos para enfrentarnos a el.
Para resolver la duda de si tenemos que solicitar ayuda psicológica es muy útil e importante observar si existen ciertos síntomas asociados, como por ejemplo ansiedad, aumento o falta de apetito, inquietud o cansancio excesiva, insomnio o alteraciones del sueño, falta de habilidades sociales, pensamientos negativos, tristeza, apatía o pasividad, falta de ilusión, perdida de motivación, falta de concentración, sensación de vacío, obsesiones, miedos que nos impiden salir a la calle, relacionarnos con otras personas, permanecer en un sitio cerrado, hablar en público, viajar, etc..
También es importante tener en cuenta si se han producido cambios significativos en su vida que puedan desencadenar de alguna manera el estado actual.
También pueden ser indicativos para solicitar ayuda cuando nos damos cuenta que uno o varios problemas bloquean nuestra vida llenándola de emociones negativas (miedo, rabia, desesperación, tristeza…), impidiéndonos disfrutar de sus aspectos positivos o placenteros. . Cuando una o varias áreas de nuestra vida se ven afectadas negativamente (por ejemplo: la relación de pareja, el trabajo, la salud, la calidad de vida, relaciones sociales…). Cuando quieres conocerte mejor y conseguir mantener buena salud mental a lo largo de tu vida…
No hay nada que determine cuándo es el momento adecuado de acudir al psicólogo, ya que cada persona reacciona de una manera diferente ante los problemas, es algo subjetivo. La mayoría de las veces no es el problema o la situación en sí lo que nos hace sentirnos mal, sino la manera en que lo interpretamos, o la sensación de la falta de recursos para enfrentarnos a el.
Para resolver la duda de si tenemos que solicitar ayuda psicológica es muy útil e importante observar si existen ciertos síntomas asociados, como por ejemplo ansiedad, aumento o falta de apetito, inquietud o cansancio excesiva, insomnio o alteraciones del sueño, falta de habilidades sociales, pensamientos negativos, tristeza, apatía o pasividad, falta de ilusión, perdida de motivación, falta de concentración, sensación de vacío, obsesiones, miedos que nos impiden salir a la calle, relacionarnos con otras personas, permanecer en un sitio cerrado, hablar en público, viajar, etc..
También es importante tener en cuenta si se han producido cambios significativos en su vida que puedan desencadenar de alguna manera el estado actual.
También pueden ser indicativos para solicitar ayuda cuando nos damos cuenta que uno o varios problemas bloquean nuestra vida llenándola de emociones negativas (miedo, rabia, desesperación, tristeza…), impidiéndonos disfrutar de sus aspectos positivos o placenteros. . Cuando una o varias áreas de nuestra vida se ven afectadas negativamente (por ejemplo: la relación de pareja, el trabajo, la salud, la calidad de vida, relaciones sociales…). Cuando quieres conocerte mejor y conseguir mantener buena salud mental a lo largo de tu vida…
El psiquiatra es un médico especializado en salud mental que aborda estas problemáticas desde el área de la medicina, prescribiendo fármacos si lo estima oportuno.
En cambio, yo como psicóloga trabajo desde la corriente cognitivo-conductual, es decir, sobre la conducta y los procesos mentales en sus tres dimensiones: cognitivo, emocional y conductual, para lo cual se desarrollarán estrategias terapéuticas adecuadas e individualizadas a cada problema y a cada paciente en particular, y en ningún caso prescribe fármacos.
Un psiquiatra estudia y trata los procesos biológicos relacionados con la salud mental mientras que un psicólogo estudia y trata los procesos psicológicos (pensamientos, emociones y conductas) relacionados con la salud mental.
Es un tipo de intervención que se centra en la conducta y los procesos mentales subyacentes en sus distintos niveles (cognitivo, fisiológico, emocional y conductual), incluyendo tanto los aspectos manifiestos como encubiertos. El objetivos es que se aprenda a identificar y modificar los patrones de pensamiento distorsionados (sobre la realidad, uno mismo y los demás) que tienen una influencia negativa en el comportamiento y nos provocan malestar.
El terapeuta se centra en resolver los problemas actuales. Aunque cuando es necesario para entender el problema actual podemos preguntar sobre información del pasado, todo esto para resolver las dificultades actuales. Creemos que las situaciones que vivimos nos provocan las emociones que tenemos, pero son las interpretaciones que hacemos de esas situaciones las que nos llevan a tener esas emociones. Por lo tanto, cada componente afectará y se verá afectado por los otros dos.
El primer paso es concertar una primera cita, la cual se utilizará para recabar información sobre la problemática del paciente, historial, cualquier información que pueda ser relevante para trabajar con el; y para ello puede ser interesante pasar algún cuestionario o alguna otra prueba psicológica de carácter relevante.
Si fuera necesario, en la segunda sesión se contínua con la entrevista clínica para poder establecer una buena línea de intervención y una buena alianza terapéutica para que nos sea más fácil tanto al profesional como al paciente poder trabajar sobre la problemática; una vez tengamos clara cual es está, se le explica al paciente cómo va a ser el curso de la terapia (frecuencia, número de sesiones, trabajo para casa, etc..) y como se trabaja, siempre con el consentimiento del paciente quedando de acuerdo con todo, ya que las tareas que mande el profesional serán un trabajo del paciente.
En el caso de que sea necesaria la derivación del paciente a otro especialista se le facilita al paciente el contacto del mismo.
La próxima cita, se concertará después de cada sesión.
El objetivo de este tipo de tratamiento es restablecer las cogniciones, emociones y comportamientos del individuo, para mejorar su calidad de vida.
El objetivo final es que las estrategias aprendidas queden interiorizadas adecuadamente, de modo que formen parte del repertorio de afrontamiento del paciente para que en un futuro donde puedan presentarse situaciones similares sepa cómo hacerles frente.